El Proyecto Aporto es una iniciativa centroamericana conjunta entre la Red de Desarrollo Sostenible-Honduras (RDS-HN), La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Guatemala, y La Fundación Comunicándonos, El Salvador. Es apoyado técnica y financieramente por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá.
En el reciente panel organizado por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) sobre Justicia Climática y Derechos Indígenas, se destacó la participación del Ph.D Wilmer Reyes, director y líder de investigación del Proyecto Aporto en Honduras. El evento reunió a varios líderes y especialistas en gobernanza climática para discutir la crucial intersección entre cambio climático, justicia y los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
Ingeniero agrónomo con maestría en manejo de cuencas hidrográficas y Ph.D en hidrología y cambio climático, Wilmer Reyes ha sido clave en proyectos de desarrollo socioambiental en Honduras y Centroamérica. Como director de investigación de la Red de Desarrollo Sostenible-Honduras (RDS-HN), lidera el Proyecto Aporto para fortalecer la capacidad de las comunidades frente a la crisis climática.
En su intervención, recalcó la necesidad de que las voces de los pueblos indígenas y afrodescendientes sean escuchadas y consideradas en la formulación de políticas públicas de cambio climático a nivel global. “Una cosa es traer a los pueblos indígenas a la mesa de discusión, otra es que sus voces sean realmente escuchadas y sus propuestas implementadas,” afirmó.
Reyes destacó que, a pesar de que las comunidades indígenas y afrodescendientes son las que menos contribuyen al cambio climático, son las más afectadas. “La justicia climática debe reconocer y respetar los derechos ancestrales y garantizar una participación equitativa en todas las decisiones relacionadas con el clima,” señaló.
El Proyecto Aporto ha estado movilizando conocimiento y facilitando espacios que puedan contribuir a la creación de redes robustas para la acción colectiva. “Estamos documentando las cosmovisiones de justicia climática de estas comunidades y fortaleciendo sus capacidades para que puedan enfrentar mejor los desafíos climáticos,” explicó. Este enfoque holístico y participativo es esencial para lograr un desarrollo justo y sostenible.
La justicia climática, desde la percepción comunitaria, se entiende como la necesidad de reconocer y respetar los derechos ancestrales y garantizar una participación equitativa en todas las decisiones relacionadas con el clima. Este concepto implica que las comunidades más afectadas por el cambio climático, a pesar de ser las que menos contribuyen a él, deben ser escuchadas y sus propuestas implementadas de manera efectiva.
En palabras de líderes indígenas y garífunas, “La justicia climática debe reconocer y respetar los derechos ancestrales y garantizar una participación equitativa en todas las decisiones relacionadas con el clima.” La justicia climática y los derechos indígenas están profundamente interrelacionados y son conceptos reconciliables en teoría. Sin embargo, su implementación práctica requiere voluntad política, adaptación de mecanismos de financiamiento y un enfoque participativo y equitativo que reconozca y respete la autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
El panel concluyó con un llamado a la acción: es vital reconocer y empoderar a las comunidades indígenas y afrodescendientes en la lucha contra el cambio climático. La autodeterminación y el respeto a los derechos territoriales deben ser pilares fundamentales en cualquier estrategia de justicia climática.